Se cae un destino de sangre escuchando el trance de oidos rotos.
Veo sus manos rasgando el pecho,
el nudo de que no hay palabras cerca de ti,
sin risas.
En un rio,
se cae la sangre, en el destino.
Veo sus manos rasgando el pecho,
el nudo de que no hay palabras cerca de ti,
sin risas.
En un rio,
se cae la sangre, en el destino.
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