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Fuera de la ventana, esta Santiago,
despertando y escapando de la niebla,
una mañana esperada desde las entrañas,
volando por sobre la delgada linea del recuerdo,
està el calor del cuerpo que duerme al lado,
està el corazon mordido en la alfombra estropeando un poco la blancura.

La sincronia de tener los dedos humedos en el paraiso,
como manantial celeste de hermoso olor.

Es esta la muerte, de un diente que cae,
que se une al vuelo de un ave para flotar,
en las mismas sabanas que unen estos cuerpos rayados con lapiz escripto,
escuchando la armonia del sonido del corazon cuando bombea la esperanza,
su flor, es mi calor.

Dejare mi aroma petrificado en las sabanas,
y no escuchare cuando los reptiles tomen el control del cinturon de la tierra,
porque es dificil tomar los labios sin querer morderlos,
querer llevarlos a la nube que deja caer las gotas de lluvia virgen,
tomar su sangre para crear la espiritualidad,
para tomar sus manos creadoras y espantar al ogro sociopata,
reconocer que siempre esta el calor en los parpados
de mi vigilia, de tu despertar